A pesar de la implementación de la nueva Ley de Residencias (Ley Nº 9526) en Mendoza, que busca mejorar el sistema y aumentar la cantidad de médicos especializados, los médicos residentes continúan expresando su descontento. El reclamo principal está vinculado a los salarios y la falta de derechos laborales, especialmente entre los residentes más antiguos y los que ingresaron bajo la nueva normativa.
El principal conflicto surge por las diferencias salariales entre los nuevos residentes (R1), que reciben una beca formativa superior, y aquellos que ya estaban en el sistema, quienes siguen cobrando menos a pesar de su mayor experiencia. Esto ha generado tensiones en los servicios de salud, y muchos profesionales señalan que los incentivos no son suficientes para retener a los médicos en formación.
Además de las cuestiones salariales, los nuevos residentes denuncian la pérdida de derechos, ya que la nueva ley clasifica su ingreso como una beca formativa y no como una remuneración. Esto implica que no tienen aportes jubilatorios, ni acceso a beneficios como aguinaldo o derecho a huelga. Ante esta situación, los médicos residentes planean una asamblea para definir posibles medidas de fuerza.