La provincia de Mendoza enfrenta un desafío crucial en el ámbito de la salud: cerca del 50% de sus egresados en Medicina eligen no inscribirse en programas de residencias médicas, prefiriendo ejercer en guardias o consultorios, o incluso, migrar al exterior en busca de mejores oportunidades. Este fenómeno no solo preocupa a las autoridades sanitarias provinciales y nacionales, sino también a instituciones educativas como la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y la Universidad de Mendoza (UM), que han observado una creciente demanda de homologación de títulos para trabajar fuera del país.
Ante esta situación, el gobierno de Alfredo Cornejo ha puesto en marcha una iniciativa legislativa para reformar la actual Ley de Residencias Médicas. Este proyecto busca no solo incrementar el número de residentes desde julio del presente año, sino también mejorar la calidad de la formación especializada y hacer frente a la alarmante falta de especialistas en áreas clave.
La reforma propuesta se discute activamente en la Legislatura de Mendoza, con la participación de miembros de la comunidad científica y académica. El diagnóstico es claro: la necesidad de modernizar y hacer más eficiente el sistema de residencias médicas es imperativa. Según Maximiliano Carmona, médico especialista en Terapia Intensiva y asesor del Ministerio de Salud, el objetivo es adaptar la formación a las necesidades actuales del sistema de salud, mejorando la remuneración y las condiciones de trabajo de los residentes.
Uno de los cambios más significativos propuestos es la flexibilización de la duración de las residencias, permitiendo programas de 3 a 5 años según las necesidades específicas de cada especialidad. Esta medida ha generado debate, especialmente en torno a la posible reducción de tiempo en algunas especializaciones. Sin embargo, desde el gobierno se enfatiza que el foco está en optimizar la formación práctica sin comprometer la calidad.
Además, se plantean modificaciones para hacer más accesible el ingreso a las residencias, ampliando el rango de edad hasta los 45 años y eliminando el límite de tiempo post-graduación para acceder a la formación especializada. También se propone que los residentes puedan realizar guardias remuneradas en sus lugares de residencia, buscando mejorar su situación económica sin desvincularlos del proceso formativo.
La reforma en discusión promete, asimismo, integrar mejor la formación teórica y práctica, respondiendo a las críticas que apuntan a una excesiva carga asistencial en detrimento del aprendizaje académico. Universidades como la UNCuyo y la UM ya están considerando cómo complementar estas residencias con formaciones teóricas que permitan a los médicos especializarse con una visión más amplia y completa.
El consenso es claro: es necesario revitalizar el sistema de residencias médicas en Mendoza para asegurar no solo la formación de especialistas de alta calidad, sino también para satisfacer las demandas del sistema de salud provincial y nacional. La reforma legislativa en curso es un paso crítico hacia este objetivo, buscando equilibrar las necesidades de formación, las aspiraciones profesionales de los médicos recién graduados y los imperativos de un sistema de salud que requiere urgentemente de especialistas cualificados.