El 42% de los médicos argentinos teme que la inteligencia artificial reemplace su criterio clínico

A pesar de la preocupación, especialistas destacan que la IA puede potenciar la práctica médica, reducir errores humanos y mejorar la atención al paciente.

El avance de la inteligencia artificial (IA) en la medicina genera posturas divididas entre los profesionales de la salud. Mientras algunos la ven como una herramienta clave para optimizar la atención, otros temen que pueda reemplazar su criterio clínico. Esta inquietud fue revelada por un estudio, que encuestó a más de 3000 médicos de Argentina, Brasil y México. Los resultados muestran que el 42% de los médicos argentinos siente “mucha” o “alguna” preocupación ante esta posibilidad.

Además, el 84% de los médicos argentinos considera necesario un marco regulatorio que supervise el uso de la IA en la práctica médica, para garantizar su uso ético y seguro.

El avance de la IA en hospitales de referencia

Instituciones de prestigio, como el Hospital Italiano, el Hospital Alemán y el Hospital Británico de Buenos Aires, ya están incorporando la IA en sus procesos médicos. Estas herramientas se utilizan en la evaluación automatizada de radiografías de tórax, el diagnóstico de enfermedades de la piel y la detección precoz de cáncer de mama.

El Hospital Universitario Austral, por su parte, emplea la IA para buscar información científica validada en respuesta a preguntas específicas, lo que optimiza la toma de decisiones médicas.

Preocupación sobre la posible sustitución del criterio clínico

El temor a que la IA reemplace la toma de decisiones médicas es uno de los principales puntos de debate. Sin embargo, Rudolf Baron Buxhoeveden, vicedirector médico del Hospital Alemán de Buenos Aires, subraya que la IA debe ser vista como un complemento, no como un sustituto. “Su función es asistir en el análisis de datos e identificación de patrones, permitiendo que los médicos se enfoquen en la empatía y las decisiones clínicas complejas”, señaló.

Horacio Fernández, subdirector médico del Hospital Universitario Austral, sostuvo que el cerebro humano tiene limitaciones que la IA no posee: “La IA no se cansa, no tiene preconceptos ni emociones, y puede procesar grandes volúmenes de datos de forma simultánea”, remarcó.

Áreas de oportunidad y riesgos de la IA en la medicina

Cerca del 60% de los médicos argentinos reconoce que la IA podría contribuir a la reducción de errores humanos. Ya se aplica en la interpretación de estudios por imágenes (67%), en la formulación de diagnósticos (55%) y en tareas administrativas (13%). Sin embargo, la comunicación con los pacientes sigue siendo una tarea en la que solo el 30% de los médicos ve con buenos ojos la intervención de la IA.

Ariel Miquelini, médico de staff del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del Hospital Británico, subrayó que la IA puede actuar como un “segundo par de ojos”. Este sistema permite alertar sobre inconsistencias o riesgos, especialmente en momentos de fatiga o distracción de los profesionales de la salud.

No obstante, los riesgos también están presentes. Un 92% de los médicos argentinos teme que los pacientes reciban información incorrecta a través de la IA, especialmente si acceden a aplicaciones no validadas o herramientas sin control médico. Desde el Departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano advierten que, si bien la IA puede empoderar a los pacientes, la información debe estar coordinada con un equipo médico para evitar errores de interpretación.

La necesidad de un marco regulatorio y ético

El 72% de los médicos encuestados sostiene que el uso de la IA en medicina debería estar bajo supervisión gubernamental o de asociaciones médicas. Asimismo, el 84% considera fundamental que exista un marco jurídico que defina reglas claras para la aplicación de estas tecnologías en la salud.

Rudolf Baron Buxhoeveden expresó que la creación de un marco regulatorio permitiría garantizar la transparencia de los algoritmos y la seguridad en el manejo de datos sensibles de los pacientes. Además, permitiría definir responsabilidades en casos de errores o resultados inesperados.

En la misma línea, Ariel Miquelini resaltó la importancia de la “ética algorítmica”, que incluye principios de transparencia, imparcialidad y confiabilidad. Destacó que el marco regulatorio debería establecer criterios para certificar estas tecnologías y definir la responsabilidad ante posibles fallas.

El avance de la IA en la medicina plantea desafíos en la formación médica y en la práctica clínica. Si bien puede ser una herramienta que optimice la atención médica, su implementación debe estar acompañada de una adecuada supervisión ética, legal y profesional para garantizar la seguridad de los pacientes y la autonomía del criterio médico.

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