La cardiología en Argentina atraviesa una crisis sin precedentes, con serias implicancias para el sistema de salud y la atención de los pacientes. La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) advirtió que el panorama actual es “el peor que se haya vivido”, incluso comparándolo con la crisis de 2001.
Factores que impulsan la crisis Entre las principales causas, se destacan:
- Honorarios devaluados: Los ingresos de los cardiólogos no reflejan la responsabilidad y la formación que la especialidad requiere.
- Carga laboral excesiva: La creciente demanda de atención cardiovascular ha sobrecargado a los profesionales.
- Falta de interés en las residencias: Cada vez menos médicos jóvenes optan por realizar residencias en cardiología, lo que afecta la formación de nuevos especialistas.
Una encuesta reciente reveló que más del 60% de los cardiólogos evalúa emigrar si se le presenta una oportunidad en el exterior. En el caso de los residentes, esta cifra asciende al 80%. Además, tres de cada diez cardiólogos consideraron abandonar la profesión.
El agotamiento físico y emocional (burnout) también se ha convertido en una preocupación importante. Según encuestas, la mayoría de los especialistas reporta altos niveles de agotamiento, lo que no solo afecta su salud, sino también la calidad de la atención que reciben los pacientes.
Durante el 50° Congreso Argentino de Cardiología se organizó un debate para discutir soluciones junto a autoridades sanitarias y prestadores de salud. Los temas clave incluyeron la mejora de los honorarios y la gestión de los recursos para evitar la fuga de talento.
La crisis de la cardiología en Argentina pone en riesgo la atención de los pacientes y la estabilidad del sistema de salud. La necesidad de políticas públicas que garanticen condiciones laborales dignas y una mejor remuneración es urgente para evitar la migración masiva de profesionales.