Las bacterias pueden ser pequeñas criaturas resistentes, principalmente debido a sus fuertes paredes celulares que pueden protegerlas contra las drogas, virus y otros peligros. Encontrar maneras de desarmar estas defensas es un componente clave de los antibióticos, y ahora los investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard han identificado una debilidad estructural que parece estar incorporada en una variedad de especies bacterianas, lo que podría allanar el camino para una nueva clase de antibacterianos ampliamente eficaces.
El nuevo estudio se basa en investigaciones previas sobre una proteína llamada RodA. Si bien la proteína en sí se conoce desde hace mucho tiempo, en 2016, el equipo de Harvard fue el primero en descubrir que construye las paredes celulares protectoras de las bacterias a partir de moléculas de azúcar y aminoácidos. Dado que RodA pertenece a la familia de proteínas SEDS, que es común a casi todas las bacterias, el equipo se dio cuenta de que era el objetivo perfecto para un antibiótico de gran alcance. Y en un examen más detenido de RodA, los investigadores detectaron una cavidad de aspecto vulnerable en la superficie externa de la proteína.
“Lo que nos emociona es que esta proteína tiene un bolsillo bastante discreto que parece que podría ser fácilmente atacado con un medicamento que se adhiere a ella e interfiere con la capacidad de la proteína para hacer su trabajo”, dice David Rudner.
Para probar si esta cavidad era el talón de Aquiles que estaban buscando, los científicos alteraron la estructura de la proteína en dos especies de bacterias, E. coli y Bacillus subtilis. Estas dos fueron elegidas porque son bien comprendidas y representan las dos clases amplias de bacterias causantes de enfermedades, grampositivas y gramnegativas.
El equipo descubrió que incluso pequeños cambios en la estructura de la cavidad causaron un mal funcionamiento de la proteína, lo que a su vez hizo que las bacterias se hincharan y explotaran. Eso sugiere que un medicamento diseñado para desencadenar la misma reacción sería un antibiótico eficaz.
“Un compuesto químico, un inhibidor, que se une a este bolsillo interferiría con la capacidad de la proteína para sintetizar y mantener la pared bacteriana”, dice Rudner. “Eso, en esencia, rompería la pared, debilitaría la célula y provocaría una cascada que eventualmente causaría la muerte”.
Mejor aún, debido a que la familia SEDS es tan común, los posibles medicamentos futuros podrían ser efectivos contra una amplia gama de especies bacterianas.
“Esto resalta la belleza del descubrimiento científico”, dice Thomas Bernhardt, co-investigador del estudio. “Llegas al nivel más fundamental de cosas que se encuentran en todas las especies, y cuando algo funciona en una de ellas, es probable que funcione en todos los ámbitos”.
Fuente: “Harvard scientists uncover an exploitable Achilles’ heel common to most bacteria.” — Newatlas
Traducido y editado por el Equipo Editorial de ResidenciasMedicas.com.ar